sábado, 16 de febrero de 2013

Yelko y Bicho


42° 6′ 55.7″ N
8° 48′ 45.43″ W
Padrón es la localidad tradicional de paso, a medio camino entre La Coruña y Vigo. Si uno viaja por carretera convencional entre los dos núcleos referenciales, entrará a esta villa por la Avenida Camilo José Cela. Uno de los personajes célebres del municipio, de toda Galicia y de la literatura española da nombre a la arteria que atraviesa el núcleo urbano y acoge el incesante flujo que tantas veces ha arrastrado las pasiones antes y después de los grandes choques entre celestes y blanquiazules.Y un lugar que Yelko (Celta de Vigo) unas veces y otras tantas Bicho (Deportivo) habrán observado apoyando la frente en la ventanilla, mientras el autobús que circula por la Autopista del Atlántico les lleva a encontrarse como compañeros de la selección gallega.


Ese encuentro ha sido desde hace unos cuantos años una de las formas más precisas de advertir el talento para los técnicos de la federación española. La comunicación entre los seleccionadores  estatales y los regionales ha servido para reclutar unas últimas generaciones que han dado grandes éxitos al fútbol español. Y los casos del joven celtiña y del algo menos menudo deportivista no pasan para nada desapercibidos, como poseedores de ese gen distintivo del futbolista que se enfunda la camiseta roja.

Yelko Pino (Vigo, 30/10/1996) podría apoyar la nuca en el pecho del rival. Sería una forma de hacerse fuerte y dejar que la pelota se posase en el suyo propio. Ya dominada, control de derechas y apertura al costado. Allí, todo un pasillo para que un compañero pudiera buscar la línea de fondo. Que lo haría y centraría.

A Yelko, muchos de los murmulleantes aficionados le habrían perdido la vista, pero simplemente él se guiaría por la lógica del instinto, corriendo y buscando pese a su menudencia un lugar en el área. El pase desde el costado no sería lo limpio que el lanzador hubiese deseado, pero no importaría, ese liviano número diez que nació el mismo día que Maradona (36 años después) resolvería ante esa pelota traviesa con una magistral chilena. Para entonces, ya sí que habría atraído toda la atención de los asistentes.

A Javier Fernández Abruñedo “Bicho” (Sada, 20/2/1996) también daría miedo colocarle en la alineación. Con ese físico liviano y frente a críos que son la elite del desarrollo físico, parecería una pieza fácil de aplanar. Sería entonces la poca visibilidad que deja la nebulosa de los prejuicios la que impediría un salto de calidad en el equipo.

Pero con la alternativa ya recibida, la zurda de Bicho comenzaría a moverse inquieta por todo el campo, y los obstáculos físicos que apelan al contacto y la agresividad serían una prueba más que hay que desbordar. Para un jugador que adora a Silva, no hay nada como salir limpio y dispuesto de cualquier traspié.


Un físico liviano. Escasa potencia y velocidad en carrera. Pero toda la inteligencia al servicio de una técnica precisa.

No hay comentarios:

Publicar un comentario